En mi opinión, el verdadero partido del siglo lo estamos jugando en nuestro interior… ¿que quienes son los jugadores? ¡Quienes van a ser! A la izquierda, con calzón de rayas, el actual poseedor del título, ¡El Ego! y a la derecha con calzón blanco, el aspirante al trono ¡Tú!… tenlo claro, el verdadero partido del siglo es ¡el ego versus tu mejor yo!
Muchas veces no podemos, no queremos, o no somos conscientes de la gran lucha que se produce en nuestro interior, debemos estar pendientes de este tipo que nos quiere colar un gol en cuanto nos descuidemos.
El ego nos hace estar fuera de nuestro yo, de nuestro presente, es una armadura que nos ponemos cuando abandonamos nuestro yo profundo, nuestro yo autentico, nuestro yo presente. ¿Y cuando ocurre esto? Cuando aflora en nuestra piel el miedo, que necesita tener razón, reafirmarse, que necesita ganarnos para afirmarse a sí mismo y busca vía de escape fáciles para calmar sus nervios.
El ego es justo lo contrario de nuestro propio ser, no nos olvidemos de esta frase ¡jamás! Antes he hablado de armadura ¡no le demos tanta importancia a este caballerete! Es un simple envoltorio de nuestra conciencia, del cual cuando lo quitamos del paquete, y lo tiramos a la basura, nos permite ver lo que hay en nuestro interior, conocernos a nosotros mismos…
Al ser un engaño de nuestro verdadero yo, no le gusta lo sencillo, huye como un gato enrabietado de lo simple, pues le deja con todas sus carencias al aire. No es un buen amigo, aunque te parezca lo contrario, es hábil, muy hábil, pero es uno de tus mayores lastres para evolucionar.
Cuando salta al campo, es fácil caer en su tempo de partido, en su tipo de juego, de pronto nos creemos los más listos, los que más sabemos y ¡zasss! Recibes un golazo por toda la escuadra. Tu ego ha hecho de las suyas…
Ya en sus manos, nuestra mente queda bloqueada a toda opción de mejora, de cambio… para evolucionar necesitamos humildad, hay que dejar de lado el ego, ese que nos estresa con sus ansias de grandeza… ¡libérate!
Debes, en ese partido a disputar, analizar cómo te esclaviza tu rival, como afecta a tu juego, a tu desarrollo personal, profesional, a tu crecimiento interior, y entonces atacar, conjurándote para vencerle, para barrerle del terreno de juego, sabes que si tu quieres, puedes…
Recuerda que tú fuiste quién lo alimentó, quien le enseñó a jugar, quien creó su personalidad, su estilo de juego, por lo que nadie mejor que tu sabe como vencer sus argumentos, desmontar sus planteamientos…
Solo tú puedes ganar el partido, y la liga del éxito, estoy seguro que lo vas a hacer. ¡A por él!