Hoy me gustaría compartir contigo algunas de las enseñanzas de un maravilloso libro inspirado por la sabiduría tolteca, «los cuatro acuerdos» de D. Miguel Ruiz .
Esta obra esconde dentro de sí mismo infinidad de potentes mensajes para que reflexionemos y transformemos nuestra compleja mente y logremos que nuestra vida sea más feliz y sencilla. El libro llegó a mis manos hace ya unos años, y cada día que pasa no deja de enseñarme algo nuevo. Y cada vez que aplico sus preceptos, me lleno de una maravillosa energía. Quiero que tú también lo hagas. Que seas feliz.
¿Qué son los cuatro acuerdos toltecas?
Se trata de un libro, de un ensayo de crecimiento personal y espiritual escrito por el médico mexicano don Miguel Ruiz en 1997. Teóricamente está basado en la herencia cultural recibida de la ancestral sabiduría mexicana, y más en particular la tolteca, cultura precolombina que se instauró entre los siglos X y XII en el norte del altiplano mexicano.
El libro es un magnifico compendio de todo aquello que necesita un ser humano para estar en equilibrio personal, emocional, mental y social, o dicho con otras palabras, para tener una vida repleta de paz interior y felicidad.
Da igual cómo enfoques su lectura, los cuatro acuerdos se muestran de una forma extremadamente sencilla, y al mismo tiempo muy profunda.
Es un libro o manual de lectura simple y rápida, y que es aconsejable releer en distintas ocasiones, dado que cada lectura nos mostrará nuevos aprendizajes y su repetición nos ayudará a absorber sus enseñanzas, las cuales nos ayudarán a obtener un mayor bienestar interior, una mayor felicidad.
Por cierto,
¿Quién es D. Miguel Ruiz, autor de los cuatro acuerdos?
Miguel Ruiz, nació en 1952 en Guadalajara, Mexico. Es un pensador, escritor y conferenciante de temas espirituales, influenciado por Carlos Castaneda, el escritor y pensador peruano. Desde joven quiso ayudar al prójimo por eso estudio medicina aunque un accidente automovilístico le cambió la vida, al tener una experiencia cercana a la muerte.
La obra más impactante de Ruiz es su libro escrito en 1997 «Los cuatro acuerdos», cuyo éxito trascendió las fronteras mexicanas convirtiéndose en un bestseller a nivel mundial. Otro de sus libros más destacables es «las tres preguntas».
¿Cuales son los cuatro acuerdos que propone don Miguel Ruiz?
Don Miguel Ruiz sostiene que para ser felices, deberíamos comenzar por tomar la decisión de serlo. Para ello nos recomienda que pongamos en práctica la aplicación de cuatro acuerdos con nosotros mismos que él considera absolutamente imprescindibles para obtener la tan ansiada felicidad.
Los cuatro acuerdos que debemos pactar con nosotros mismos para aumentar nuestro bienestar interior serían los siguientes:
- Sé impecable con tus palabras
- No hagas suposiciones
- No te tomes nada personalmente
- Hazlo siempre lo mejor que puedas
Los tres últimos acuerdos, nacen en realidad, del primero.
Estos cuatro acuerdos son sencillos de comprender, pero resultan extremadamente difíciles de llevar a la práctica, ya que supone derribar muchas costumbres y creencias enraizadas, debemos intentarlo una y otra vez.
Como ves los cuatro tratos a los que debemos comprometernos son bastante claros, no obstante, sólo la práctica con compromiso nos conducirá a la interiorización de los cuatro acuerdos. Si queremos encontrar respuestas a preguntas existenciales quizás sea más fácil hacerlo después de trabajar estos cuatro pactos con nosotros mismos.
Si te parece bien, podemos desarrollarlos un poquito ¿De acuerdo?
Primer acuerdo tolteca: Se impecable con tus palabras.
El Primer Acuerdo nos insta a utilizar las palabras con amor, no sólo hacia nosotros mismos, sino hacia los demás. Hacia todos y todo.
Las palabras generan estados de consciencia; y éstos, determinan nuestros pensamientos. Las palabras generan la atmósfera vital en la que vivimos, y de esta forma también modelan nuestro carácter, nuestros estados de ánimo y nuestra personalidad. En definitiva nuestra vida.
Las palabras son un altavoz a través de las cuales expresamos nuestro gran poder creativo, dejando al descubierto nuestra personalidad, nuestra forma de pensar, de ser y de vivir. Nuestra más profunda intención sale a la luz a través de las palabras. Mostramos nuestros pensamientos, sentimientos, miedos, sueños, anhelos… Enseñamos nuestra verdadera esencia por medio de las palabras.
La palabra “impecabilidad” significa que no realicemos cosas que vayan en contra nuestra.
Ser impecable es asumir nuestra responsabilidad personal.
Cada palabra que circula por nuestra cabeza, salga o no por nuestra boca, es una pequeña semilla que arraiga en nuestro cerebro. Estas van creciendo en nuestro interior moldeando poco a poco nuestra personalidad y nuestra vida. Y eso es nuestra responsabilidad.
No son sólo sonidos o símbolos escritos. Son una fuerza; constituyen el poder que tienes para expresar y comunicar, para pensar y, en consecuencia, para crear los acontecimientos de tu vida.
Si queremos que nuestra mente sea alegre, feliz y positiva, tendremos que sembrar y regar de palabras y pensamientos de este tipo nuestra mente. Esto hay que hacerlo con profundidad y perseverancia.
Cuanto más trabajemos nuestro vocabulario, dotándolo de esa pulcritud verbal, mejor será nuestra vida y la de los que nos rodean.
El cumplir «Ser impecable con nuestras palabras» puede parece de forma aparente fácil, pero su realización es de una dificultad extrema.
Vivimos en una sociedad que alimenta con voracidad y hasta premia los juicios y las críticas. Esto contribuye a que nuestros pensamientos, nuestras palabras carezcan de pulcritud verbal, al barnizarse de salida de prejuicios y de criticas, en la mayoría de los casos poco positivas.
Criticamos de forma gratuita fomentados por nuestro ego desproporcionado. Creemos de forma errónea que si criticamos a otra persona, la devaluamos quedando de esta forma nuestro ego por encima. Esta actitud debilita nuestras palabras, pensamientos y nuestra existencia. Y los que nos devaluamos somos nosotros.
Cuando agredimos a otra persona con nuestras palabras, nos agredimos a nosotros mismos. Esa energía negativa volverá a nosotros como si de un boomerang se tratase. En contraposición, si nuestras palabras son amorosas, limpias e impecables, la vida nos devolverá lo mismo.
Tenemos que vitaminar nuestro vocabulario, para que nuestras palabras sean intachables, elegantes y perfectas, repletas de amor.
El modo en el que nos tratamos a nosotros mismos es también el modo en el que tratamos a los demás.
Miguel Ruiz
Ser impecable con nuestras palabras significa utilizar nuestra energía de forma impoluta, en pos de la verdad y del amor verdadero por nosotros mismos.
Si somos impecables con nuestro vocabulario también estamos protegiendo nuestra mente frente a comentarios y críticas de otras personas que nos juzgan.
“Siempre que escuchamos una opinión y la creemos, llegamos a un acuerdo que pasa a formar parte de nuestro sistema de creencias”
Con nuestros seres queridos debemos ser especialmente cuidadosos, pues unas palabras severas, o unas opiniones poco cuidadosas pueden marcar a nuestros familiares por el resto de sus días, y si son niños mucho más. Pensemos en la huella emocional que deja sobre un hijo cada desborde verbal de sus padres. (Lo siento hijo mío…)
Al contrario, sí es a nosotros al los que nos dinamitan con palabras que se nos clavan como puñales, debemos relativizarlas y perdonar a los emisores de estas, pues no son conscientes de su potencial, ni del daño que hacen.
Hemos de pensar que por ejemplo si estamos con alguién que valora nuestra opinión, unas palabras poco adecuadas sobre un tercero, pueden condicionar su pensamiento. Nuestra experiencia no tiene por que ser la suya.
La manera en que ves el mundo depende de las emociones que sientes. Cuando estás enfadado, todo lo que te rodea está mal, nada está bien. Le echas la culpa a todo, incluso al tiempo; llueva o haga sol, nada te complacerá.
Miguel Ruiz
La autocrítica: debemos ser muy cuidadosos con nuestras palabras.
En este foro, creo que todos tenemos ya claro que nuestro peor enemigo lo tenemos muy cerquita, es decir, somos nosotros mismos. Nuestro diálogo interno.
El dialogo interior destructivo está tan acomodado en nuestra vida, que no nos damos cuenta siquiera del terrorífico daño que nos está inflingiendo. Entra en nuestro subconsciente como Pedro por su casa, y está muy cómodo ahí. Inmensamente cómodo. ¿Cuántas veces nos hemos hecho a nosotros mismos duros comentarios despreciativos ?
El tremendo poder de la palabra lo usamos, sobre todo y sin ningún asomo de compasión, contra nosotros mismos. Debemos dejar de hacernos daño y ejercer la compasión con quién lo necesita mucho: nosotros.
Dice Miguel Ruiz en los cuatro acuerdos: “Nadie, en toda tu vida, te ha maltratado más que tú mismo. El límite del maltrato que toleras de otra persona es exactamente el mismo al que te sometes tú. Si alguien llega a maltratarte un poco más, lo más probable es que te alejes de esa persona. Sin embargo, si alguien te maltrata un poco menos de lo que sueles maltratarte tú, seguramente continuarás con esa relación y la tolerarás siempre.”
Estamos tan acostumbrados a este diálogo interior negativo y destructivo que ni siquiera somos capaces de escucharlo con detenimiento, a nivel consciente.
El diálogo interior negativo es un compañero de viaje del que debemos deshacernos de él a la menor oportunidad. Sin miramientos, nuestra felicidad está en juego.
Debemos decirnos a nosotros mismos lo maravillosos que somos. Lo mucho que nos amamos. Y esto todos los días, de esta forma y aplicando el primer acuerdo podremos cambiar nuestra vida.
Toda la magia que posees se basa en tus palabras. Son pura magia y si las utilizas mal, se convertirán en magia negra.
Los cuatro acuerdos. Miguel Ruiz.
Segundo acuerdo: No te tomes nada personalmente.
¿Cuántas veces te has tomado algún comentario sobre ti, o algo tuyo, de mala manera?¿ Y en un gran porcentaje de veces has estado dando vueltas al mismo aumentando tu sufrimiento?
Este segundo acuerdo tolteca te insta a que ocurra lo que ocurra a tu alrededor, no te lo tomes a título personal.
Para conseguir llegar a este acuerdo interno, es importante interiorizar que no somos el ombligo del mundo, que el universo no gira a nuestro alrededor. Sí, alguien tenía que decírnoslo.
La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor.
Miguel Ruiz
El no tomarnos las cosas personalmente nos blinda ante el veneno emocional de los demás dirigido de forma consciente o inconsciente hacia nosotros. Al inmunizarnos, tampoco necesitaremos de su aprobación. ¿Cuántas cosas has dicho o hecho para minimizar el efecto del «qué dirán»?
En muchas ocasiones, creemos ser responsables de todo, y no es así. Sólo podemos ser responsables de nuestras decisiones.
Este segundo acuerdo acerca de no tomarse nada de forma personal incluye tanto las cosas positivas como las negativas, y también las cosas que nos dicen los demás como las que nos decimos nosotros mismos.
Al tomarnos de forma personal lo que ocurre a nuestro alrededor, nos sentimos agredidos y reaccionamos para defendernos generando de esta manera conflictos en la mayoría de los casos innecesarios. Sentimos la necesidad de tener razón.
Si no nos tomamos nada personalmente, seremos más libres pues podremos decidir sin culparnos ni juzgarnos, o expresar nuestro amor sin miedo al rechazo.
No te tomes nada personalmente cuando opinan sobre ti
Enojarnos con otros en realidad es enfadarnos con nosotros mismos, ya que ya que el enfado reacciona a una respuesta que procede de nuestro propio sistema de creencias.
El enfado se produce por temor a afrontar nuestro propio miedo.
Hemos de tener en cuenta que cada persona ha establecido en su propia mente su propio sistema de creencias, basadas en sus experiencias y su propia educación.
Si faltamos el respeto a una persona con un insulto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo estamos diciendo basándonos en nuestras experiencias, creencias, conceptos y opiniones. ¿Qué sabemos de la otra persona? Nada.
Cuando nos dicen algo que nos hiere, lo que nos lastima en realidad son las lesiones que nosotros ya arrastrábamos de creencias y experiencias anteriores sobre este tema. Si alguien nos echar en cara por ejemplo nuestra incoherencia y nos molesta este comentario, no es su punto de vista el que nos lastima, sino nuestra propia creencia interna de que sí somos unos incoherentes.
Sería bueno que nos digamos constantemente: “Lo que piensen de mi no es importante para mí y no me lo tomo personalmente”.
Seremos capaces de amar todo lo que nos rodea cuando nos amemos a nosotros mismos, cuando logremos superar el miedo y en consecuencia el enfado.
Al no tomar nada como algo personal podremos comenzar a apartar de nuestra vida muchos pequeños acuerdos internos erróneos que nos hacen sufrir de forma innecesaria.
Si logramos dejarnos llevar por nuestro corazón y no tomarnos nada personalmente, aunque estemos en una situación vital muy complicada, sentiremos paz interior, calma y felicidad, encontrándonos en un estado de bienestar interior.
Tomarnos las cosas personalmente nos convierte en presas fáciles de los manipuladores emocionales - ¡Compártelo! , que saben tocar las teclas para introducir sufrimiento en nuestras vidas.
No tomar nada de forma personal nos ayuda a romper muchos hábitos y comportamientos que nos mantienen atrapados en el sufrimiento constante y que nos causan un sufrimiento innecesario.
Incluso si recibes alabanzas, no te los tomes personalmente. “Si alguien te dice que eres maravilloso, no lo dice por ti”, nos dice el autor de los cuatro acuerdos, Miguel Ruiz. “Tú sabes que eres maravilloso. No necesitas que otras personas te lo digan para creerlo”.
Si conseguimos introducir este hábito en nuestra vida, el de no tomarnos las cosas a título personal lograremos:
1. Aumentar nuestra felicidad y la de los que nos rodean.
2. Las palabras que digan de los demás ya no nos afectarán y no las consideraremos ofensivas hacia nosotros.
3. Nuestra realidad será mucho más colorida y alegre, nuestra vida será más plena.
4. Aprenderemos a aceptar a los demás como son.
5. Alejaremos el sufrimiento innecesario de nuestra vida.
Si quieres cambiar y mejorar tu experiencia vital, debes introducir el segundo acuerdo en tu vida ¿no crees?
Recuerda: El segundo acuerdo recogido por el Dr. Miguel Ruiz en su libro los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca indica que no te debes tomar nada personalmente. ¡Tenlo presente!
El tercer acuerdo de Miguel Ruiz: No hagas suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones de forma reiterativa en nuestra vida. ¿Por qué? Quizás pues es el camino más fácil para nuestro cerebro, dado que no necesitamos salir de nuestra zona de confort.
El grave problema es que, al hacer suposiciones, creemos que lo que suponemos es cierto. Algo que no suele ser así.
No hacer suposiciones nos indica el tercero de los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca de Don Miguel Ruiz.
Suponer significa crear expectativas acerca de la realidad y de los demás. Creer que todos estamos en la misma onda, que los demás piensan, sienten y viven igual que nosotros, lo cual no es correcto.
Nuestra mayor y más falsa suposición es creer que los demás ven el mundo y sienten y piensan como nosotros. - ¡Compártelo!
Necesitamos respuestas para todo, y si no las tenemos, las imaginamos. Esto conduce a muchas disputas y malentendidos con las personas que amamos. “Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras serán impecables”, aconseja el maestro tolteca Miguel Ruiz.
También hacemos suposiciones sobre nosotros mismos, sobrevalorándonos, o infravalorándonos si no conseguimos nuestro propósito. Quizá por no habernos hecho preguntas antes sobre lo que realmente queríamos y si verdaderamente era nuestro deseo lograrlo.
Si necesitas ayuda para hacerte preguntas te recomiendo la lectura de: 101 preguntas para cambiar tu vida hoy mismo y de 101 preguntas para conocer a alguien
No hagas suposiciones: da un primer paso y atrévete a preguntar
El único camino existente para erradicar las suposiciones de nuestra vida es clarificando, y eso pasa por preguntar. Y esto se ha de hacer siempre, tantas veces como haga falta.
Para ello, antes de preguntar debemos estar preparados para recibir cualquier tipo de respuesta, nos guste o no. Cualquier respuesta será válida y la tendremos que aceptar.
Todo el mundo tiene derecho a decir un no a tus peticiones, del mismo modo que tú tienes derecho a preguntar. Y lo mismo si es a ti a quién preguntan.
Si queremos evitar desencuentros y sufrimiento innecesario, es fundamental que los demás sepan lo que queremos y que también nosotros sepamos lo que quieren los demás. Si somos claros, nuestras palabras se tornan impecables.
Hacemos suposiciones que no son ciertas y luego las defendemos y queremos tener razón. Esto provoca mucho sufrimiento y desencuentros innecesarios. - ¡Compártelo!Con una comunicación clara, las relaciones cambian y dejamos de sufrir por ellas. Debemos dejar de hacer suposiciones desde este mismo instante para poco a poco transformar nuestro ADN mental y cambiar nuestra forma de comunicarnos con nosotros mismos y con los demás.
Cuarto Acuerdo: Haz siempre lo máximo que puedas.
Este es el ultimo de los pactos del libro los cuatro acuerdos y se refiere a la realización de los 3 primeros acuerdos. El nivel de realización variará a lo largo de los días o a lo largo de los diversos momentos del día. Pero no hay que exigirse más de lo posible ya que no nos estaríamos aceptando a nosotros mismos.
La vida no consiste en alcanzar el objetivo sino en disfrutar el camino.
Este último acuerdo tolteca, es en sí mismo retador e ilusionante: la creación de un gran compromiso con uno mismo. Y este acuerdo es el único que nos ayuda a alcanzar los tres pactos anteriores, por lo que se puede empezar a practicar aplicándolo a los acuerdos previos:
“Sé impecable con tus palabras”,
“No te tomes nada personalmente”
“No hagas suposiciones”.
Este acuerdo, haz siempre tu máximo esfuerzo, nos permite dar un paso más allá, logrando que estemos más contentos con nosotros mismos, dejando atrás reproches y una perspectiva negativa de nosotros mismos, de la vida que llevamos.
Debemos tener cuidado con su interpretación, ya que lo máximo debe ser siempre algo positivo para nuestras vidas. Dicho de otra forma, el exceso en su realización puede llevarnos a objetivos negativos. Por ejemplo, el esfuerzo físico en exceso puede ser peligroso para la salud. El máximo de hoy quizás no sea el mismo de mañana, dependerá de nuestro estado. Deberemos aprender a regular nuestros esfuerzos en pos de esa fuerza máxima de cada momento.
Si nos exigimos más de la cuenta, nos agotaremos antes y si hacemos menos de lo que podemos nos sometemos a nuestros juicios, creencias culpas y reproches por no haber hecho más.
En sí mismo este acuerdo es un potente creador de hábitos, y por lo tanto si creamos hábitos positivos para nuestra vida, nuestra felicidad aumentará.
Una clave importante es dar el máximo por amor a nosotros mismos y a los demás, no por una recompensa. Si nos gusta lo que hacemos, si siempre hacemos el máximo esfuerzo, disfrutamos de lo que hacemos y nos sentimos felices por ello.
Hay que encontrar a cada actividad una fisura atrayente para nosotros para no hacerla por obligación, pues si es por obligación no haremos el máximo esfuerzo.
Pasar a la acción es vivir en plenitud, una forma de amar la vida. Y hacer lo máximo que podamos, su gran exponente.
Cuando hablamos de «ser la mejor versión de uno mismo» significa que empezaremos a vivir nuestra vida con sentido, transformando nuestra realidad y nuestro entorno a partir de la acciones que realicemos.
El acuerdo es un gran paso hacia la excelencia. Y aunque podemos decir que la perfección en si misma no existe quizás si aspiramos a la excelencia aplicando el cuarto acuerdo de Miguel Ruiz, podremos acercarnos mucho más.
Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, deja que se vaya, cuanto te entregas y dejas ir el pasado te permites estar vivo en el presente, podrás disfrutar del sueño que sucede ahora mismo.
Este acuerdo es una invitación clara y concisa a salir de nuestra zona de confort, dando un poco más de lo habitual. Siendo más nosotros.
Tenemos derecho a ser nosotros mismos y solo podemos serlo cuando hacemos nuestro máximo esfuerzo, cuando no lo hacemos nos negamos ese derecho.
Los tres primeros acuerdos funcionaran si hacemos nuestro máximo esfuerzo:
- No esperemos ser siempre impecables con nuestras palabras, solo haz nuestro máximo esfuerzo para cumplirlo.
- No esperemos no volver nunca más a tomarnos las cosas personalmente, solo hagamos nuestro máximo esfuerzo.
- No esperemos no hacer nunca más ninguna suposición, solo demos lo máximo posible.
- Si hacemos el máximo esfuerzo siempre, los desaciertos serán menos frecuentes.
Resumen del libro los cuatro acuerdos Youtube
Por último creo que te agradará visionar esté video acerca del libro.
Espero que este extenso artículo sobre el libro «los cuatro acuerdos» te haya ayudado a mejorar y acercarte un poquito más a ser esa persona que te mereces ser. Me encantará leer tus comentarios.¡Gracias!
Genial magnífica ayuda para nuestro crecimiento personal y espiritual gracias. gracias
Genial, como siempre. Una magnífica ayuda para seguir creciendo.