Todos nosotros, en algún momento de nuestras azarosas vidas, hemos pasado momentos de zozobra, donde no encontrábamos explicación a alguna situación que estábamos viviendo. Alguna vez te habrás dicho a ti mismo: «¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Y si hubiera hecho esto o lo otro? ¿No me hubiera ido mejor?¡no me lo merezco! Y si…»
Sentirse el patito feo en determinadas situaciones, nos puede parecer hasta balsámico para nuestro ego, nos alivia, ¡pobrecitos somos! «No valgo para nada, nadie me quiere, no me gustan como me miran, no podré ¡me tienen manía! ¡Me conformo con lo que tengo, no conseguiré más!» Es el síndrome del patito feo el que se agarra como un bebe a tu cuello, y tu pensando de esta manera le estás dando calorcito y cariño del bueno.
Esto se puede aplicar de una u otra forma, en los distintos aspectos de tu vida: las relaciones personales, sentimentales, profesional, empresarial, deportivas… absolutamente para todos los campos que tú quieras… y te digo «que tú quieras» pues nadie más que tu eres el que decide ver las cosas en la forma que lo haces, nadie te pone una pistola en la sien para captar la realidad de esa manera, sino que eres tú el que disfruta apiadándose de sí mismo para dejar de sufrir, de momento… es tu elección.
Si, esa actitud de compadecerte, poco nos va a ayudar a salir del bache – no me gusta decir «agujero», denota algo oscuro, frio y profundo… en un bache, si aprietas el acelerador ¡sales!- ¿no es más fácil empezar a pensar que el patito feo se está transformando en cisne? Creo que si… si así lo tú decides.
Ese transformar tiene que ir de dentro hacia fuera, interiorizándolo, dándonos cuenta de todo lo maravilloso que el Universo a puesto dentro de nosotros, de todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición, disfrutando del cambio para de esa forma sacarlo hacia el exterior. Y esa salida del cisne hacia el lago debe ser pausada, serena, creyendo en nuestras posibilidades, pero mostrándonos a nosotros y a los demás esa transformación ¡somos capaces de lo que queramos!¡somos dueños de nuestro destino!
Estoy convencido que hasta el más exitoso de los humanos se ha sentido un Calimero en algún momento y en algún aspecto de su vida… y de una u otra forma lo ha superado. Puede parecer reiterativo, pero mira en tus alforjas – si esas que vienen de serie y que no has de confundir con tus amados y bien trabajados flotadores- que «el compás de trazar cuadrantes» para superarlo la tienes tú, no mires a otros, mira dentro de ti.
Absolutamente todas las respuestas a nuestros interrogantes las llevamos dentro, solo necesitas claridad, honestidad y tranquilidad de espíritu,
Me dirás que por mucho que miras, no encuentras la solución a tus problemas dentro de tus alforjas… y te digo ¿Eran tus alforjas o las de otro? ¿Has mirado bien? ¿Has limpiado las gafas? ¿Te las has puesto? ¿Estaban graduadas? ¿Te equivocaste y te pusiste las de sol? ¿Has rebuscado en los pliegues? ¿Has descosido los forros? ¿Has…?
Nadie dijo que fuera fácil, la vida no es fácil, si es sencilla, pero nos la complicamos,por lo que sigue buscando, eres una persona de éxito, y esas alforjas no van a poder contigo…
¡Qué tengas el día que te mereces!