Llevaba bastantes días sin sentarme con tranquilidad a pensar, a intentar poner en orden mis pensamientos, y digo intentar, pues los pensamientos fluyen desde el más profundo de nuestro yo, posiblemente si los “ordenáramos”, creo que ya no seríamos seres humanos, sino meros discos duros, aunque creo que entran en estas divagaciones sería más propio del eminente Eduardo Punset u otros filósofos o preparados científicos, muchísimo más preparados que este humilde (no por ello ambicioso) aprendiz del comportamiento humano.
Son muchos los temas que han pasado por mi cabeza, para intentar trasmitir algo que nos pueda ayudar en nuestra búsqueda, en nuestra formación, y como me veis, me incluyo, ya que yo mismo estoy intentando acabar de encontrar el tan ansiado Santo Grial del Éxito, y aunque creo que estamos bien encaminados, debemos y tenemos que seguir combatiendo a nuestro “lado oscuro”, ese malvado que nos atenaza, nos distrae en nuestro camino…
Dijo Jalil Gibran: “Al nacer, se nos asigna nuestra tarea en el corazón”. Tras la lectura de esta corta pero tremendamente efectista y casi esotérica frase, creo que debemos recapacitar un poquito sobre nosotros mismos (¿soy un poco pesado?) Empecemos.
Dependiendo de nuestras creencias, religiones, educación y demás cortapisas, si digo cortapisas, pues entiendo que de alguna forma ellas nos dijeron lo que era correcto o no, lo adecuado, lo inadecuado, como tenemos que vestir, vivir, actuar… de una forma u otra, nos guiaron ya por un sendero del cual salirse es complicado, pero del cual debemos salir si así lo sentimos.
¿Recuerdas la adrenalina que te envolvía cuando de pequeño cogías tu bicicleta y salías del camino para “aventurarte” por el desconocido y mágico bosque, por la espesa maleza?¡¡¡menuda excitación!!! ¿No pedaleabas más fuerte?¿no te apasionabas en descubrir nuevos horizontes? Pues cambia camino por sociedad establecida, y mágico bosque por “nuestra tarea de corazón” y todo te cuadrará.
Todos tendremos un punto de vista sobre esta afirmación, podremos estar a priori más o menos de acuerdo, pero miremos dentro de nuestro ser, recordemos nuestro pasado, nuestras vivencias, nuestras ilusiones, y si somos honestos con nosotros mismos todos sabemos cual es nuestra tarea, nuestro propósito de vida, por qué hemos venido a esta vida… independientemente que sea trabajar en el campo, emprender negocios, o dedicarnos a la medicina, pero ¡¡con pasión a raudales!!¡¡Amando lo que hacemos!!
Creo que todos los que participamos en esto, vosotros que nos leéis y Enrique y yo que escribimos, lo tenemos claro, pero el gran quid de la cuestión, es darnos cuenta y saber que debemos elegir entre lo que pensamos, que es lo que nos han enseñado desde pequeñines, pues pensamos según nos moldearon desde que nacimos y lo que sentimos, que nadie nos lo puede quitar, y es esa musiquita que llevamos dentro y que aparece como Pepito Grillo para decirnos ¡¡¡Qué narices haces!!!!¡¡¡Corre tras tu pasión de una vez por todas!!!
Obviamente, esto no es tan sencillo, sino que aparecerá el miedo a la aprobación de los demás, a perder lo que tenemos (¿y que tenemos? ¿Algo mejor de lo que apasionadamente podemos ir en busca de?), al futuro… pero no es que podamos, sino que debemos luchar por nuestro propósito de vida .
¿Si otros lo han hecho?¿Por qué yo no? Todos tenemos el mismo material… es cuestión de creérnoslo, pero de verdad, si no es así, ¿por qué demonios estaría yo escribiendo esto?¿y tú leyéndolo?
Creo que el objetivo de hoy era simplemente recapacitar y por mi parte lo he logrado ¿y tú?
Si te parece, nos iremos adentrando, próximamente en algunos de los temas aquí tratados. Todo a su tiempo, esto es una carrera de fondo, no de velocidad, debemos (reitero, yo el primero) ir desprogramando nuestra almendrita, y eso no se hace de un día para otro.
La coctelera se está llenando poco a poco, y como decía al principio hay que intentar ordenarla un poco, y sobre todo, disfrutar de su sabor.
Espero que estas lineas te hayan servido de algo, querido amigo.