Hoy hace 15 días que un país como España tuvo las mayores muestras de alegría popular que nuestra mente pueda recordar, la gente se echó a la calle para celebrar que la tan ansiada copa del mundo había decidido instalar sus doradas posaderas en nuestro país por cuatro años.
Hoy quiero que estas líneas se conviertan en un pequeño homenaje a este equipo de triunfadores, de “fabricantes de sueños”, y lo voy a hacer resaltando sus cualidades, las cuales estarás de acuerdo conmigo coinciden con las del homo exitosus.
¿Por donde empezamos? Si algo consiguieron los integrantes de la roja, fue en hacernos creer que era posible, no solo ellos lo creían, sino que nos lo trasmitieron a sus seguidores, fueron grandes comunicadores, con calma, con serenidad, se lideraron ellos mismos de forma compartida para llegar al objetivo final, con confianza pero con humildad, sin elevar la voz, respetando al contrario.
Pasaron calamidades, perdiendo el primer partido, aprendiendo de los errores con luchas a cara de perro con los equipos rivales, con espíritu de sacrificio – ninguna batalla fue fácil -pero mostrando autoconfianza en su forma de hacer las cosas, creyendo en su estilo de juego, ese que se ha acabado esculpiendo como el estilo de jugar de España, el nuevo «Made in Spain».
Fueron ambiciosos, sabían dónde podían llegar y se dijeron ¿y por qué no? Usaron como bandera una elevada autoestima y supieron cómo aprovecharla. Fueron tenaces, una y otra vez lo intentaron, hasta que al final la victoria caía de su lado.
El equipo funcionó como un grupo bien engranado, trabajando para el equipo y no para las individualidades, con entusiasmo y pundonor. ¡Todos a una!
Pese a la juventud de la mayoría de los integrantes, todos dieron muestras de una gran madurez, grandes figuras internacionales estuvieron la mayor parte de los partidos en el banquillo y no trasmitieron hacia fuera su más que entendible malestar por no jugar, sino que empujaron en volandas con sus ánimos a sus compañeros hacia el triunfo.
Nada hubiera sido posible sin un general que dirigiera las operaciones desde el banquillo, con mano izquierda, delegando y tomando decisiones en los momentos justos, haciendo y cuidando el equipo, con bondad y humanidad.
Entre ellos la solidaridad fue un rasgo a destacar, fueron una piña, la comunión entre todos los integrantes en pos de un bien común fue algo que casi me atrevería de tildar como místico… tenían fe. Esa unión generó sinergias que ayudaron a llegar a vencer todos los obstáculos que encontraron en su camino.
Creo que el transcurso de los años, nos ayudará a comprender bien el motivo de que los dioses se aliasen con este grupo de gladiadores, y valoraremos en su justa medida lo que han conseguido.
Este humilde cronista quiere despedirse por hoy dándoles las gracias a estos magos del balón por mostrarnos que «con fe, los sueños se logran convertir en realidad».
Pd.- No me quedo sin hacerte una pregunta ¿A que la vida, y el mundo de la empresa sería más bonito y funcionaría mejor si todos nos comportásemos así?¿qué opinas?
El #éxito de la Roja ( unos muchachos que hicieron historia) http://t.co/OxKyqEYhkw