Una de las mayores aficiones que tenemos los habitantes de este planeta, es el de soñar. Todos nosotros, y cuando digo todos es sin excepción alguna, practicamos este “deporte” de forma extensiva, sin freno, compulsivamente.
Soñamos despiertos, dormidos, lo hacemos con lo que queremos e incluso con lo que no querríamos soñar, con nuestros seres queridos y ¡hasta con nuestros enemigos!, en casa, en el trabajo, en todas partes, a todas horas ¡de todas formas!
Pero aquí quiero referirme a esos sueños que deseamos a cara de perro , con todo nuestro ser, con toda nuestra alma y de corazón… con esos que nos ilusionan hasta volvernos locos… estos sueños podemos decir que son el motor de nuestra vida ¿a que esperamos para darle al acelerador?
Acelerar conscientemente es la única forma de activarlos, de propulsar nuestro ser y nuestra pasión a límites insospechados, la línea que separa tu mundo onírico de la realidad es más fina de lo que creemos, solo debemos poner nuestra consciencia a trabajar, y empujados por esa locura, llegaremos más lejos de lo que jamás hubiésemos pensado. Yo lo creo así ¿y tú?
Te dejo con una bonita historia acerca de un “vendedor de sueños” que te hará creer que todo sueño se puede transformar en realidad. Te gustará.
¡Que tengas buen día!
RT @Edufelda: Acerca de transformar sueños en realidades | LA FACTORÍA DEL ÉXITO http://t.co/F4P7JIoAk2
RT @Edufelda: Acerca de transformar sueños en realidades | LA FACTORÍA DEL ÉXITO http://t.co/F4P7JIoAk2