Muchas veces, las soluciones a nuestros problemas, están ahí, cerquita de nosotros. Se trata de tener empuje vital para resolverlos con simplicidad, tesón e ilusión. Además de la fe de un niño para resolverlos.
No nos rindamos tan pronto, preocupémonos de ser solidarios, generosos con nuestros actos y todo fluirá mucho mejor.
En el video que verás a continuación el niño imparte con sus actos una gran lección:
Da la cara en lo que afecta a todos, nunca te des por vencido, jamás permanezcáis pasivos, porque entre todos seremos capaces de conseguir lo que sea.
Todo, ha de comenzar por algo, ya lo dijo Confucio:
Una gran caminata comienza con un paso.
Debemos quedarnos con que lo importante que es simplemente intentarlo, aunque sea empezando con un gesto.
El empuje vital de un niño es inmenso: Es capaz de cambiar los corazones de todos los que le rodean, a través de la inocencia, la falta de experiencia y del amor sin cortapisas. Y ese cambio lo realiza en todos sin excepción, aunque sea sólo por unos instantes. Una criatura es capaz de poner en movimiento el sistema, su comunidad, lo que sea…extrae tus conclusiones.
Tenemos muchísimo que aprender de esos locos bajitos. Esos pequeños líderes que cuando dan lo hacen sin freno, sin pedir nada a cambio. Se entregan como si fuese la última cosa que van a hacer sobre la faz de la tierra.
¿Por qué perdemos estos dones con el paso de los años?
Quizás esta sea la gran pregunta, la contaminación emocional, y sobre todo de valores que tenemos alrededor nos hace que nos olvidemos de algo que todos deberíamos tener en mente a todas horas: Todos somos uno, somos piezas de un maravilloso Universo.
Hoy pido un brindis por la solidaridad en el mundo, que debe empezar en la propia familia. En el núcleo de la vida.
Entre todos, y con el empuje vital de los más pequeños, podremos vencer todos los obstáculos que caigan sobre nuestras vidas.
¡Qué tengas un grandioso día!