Ayer, contra todo pronostico me quedé viendo la entrega de los premios Goya. Y digo esto porque siempre me ha parecido una ceremonia nada glamurosa, aburrida y egocentrica. Un autobombo corporativista sin mas proposito que el de darse una homenaje a ellos mismos. Sin embargo, ayer me alegre de verla.
Me alegre por dos cosas, la primera porque el agradeciemiento de cada premio fue una exhaltación de la gratitud al compañero, al director por la confianza depositada, a la familia que apoyo sus sueños, una exhaltación de gratitud al trabajo en equipo, al amor a la profesión, al compañerismo, y para mi sorpresa una ausencia casi absoluta de ego.
Me alegró también por que oí una frase que me calo hondo, creo recordar que se la atribuyeron al director de cine Rafael Azcona: “un trabajo no es rentable hasta que no se convierte en algo divertido”
Siempre he defendido esta idea pero nunca di con la frase exacta con la que expresarla adecuadamente hasta que ayer la oí en los premios Goya.
Este ha sido el baremo de medición de la rentabilidad de mis proyectos. Y no puedo concebir otro. Si no soy feliz, si no me divierto, haga lo que sea que este haciendo deja de ser rentable, de tener interés para mi.
Ya hemos dicho que solo puede existir un propósito en esta vida, y es la consecución de la verdadera felicidad. El caso es que parece ser que cada uno tiene su propio camino marcado de llegar a ella.
La cuestión es existe una definición de felicidad que pueda valernos a todos, veamos que nos dice la wikipedia: “La felicidad es un estado de ánimo caracterizado por dotar a la personalidad de quien la posee de un enfoque del medio positivo. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría“.
Ya, pero…. ¿y como podemos llegar a ese estado de satisfacción y alegría?
En este punto es donde cada uno tiene que buscar su camino. Millones de caminos diferentes que a mi entender poco a poco se van uniendo hasta hacerse uno solo al final del camino.
La felicidad después de buscarla en el dorado, en la pareja, en la familia, en los hijos, en los amigos, en el trabajo, en los negocios, en las vacaciones parece que se nos escapa. Parece como si la viésemos en el próximo coche, o en el próximo proyecto, o en las próximas vacaciones o en la próxima pareja, pero resulta que cuando llegamos hasta allí, ya no está ¿Donde se fue?
Por mucha carta que escribas, al final ,ser� m�s de lo mismo.
Me ha encantado que Vd. con respeto, pero con gran sentido com�n, me de una perspectiva, que quiz�s agobiado por n�meros y objetivos, yo no le haya dado la importancia debida.
Intentaremos pulir esos detalles tan importantes en la vida personal y en la profesional, pues al fin y al cabo todos somos personas.
�gracias!