A lo largo de nuestra singladura en esta bitácora, hemos ido dando consejos acerca de hábitos relacionados con la consecución de objetivos, pero quizás nos habíamos olvidado de cómo mantener en forma nuestro motor intelectual, pieza insustituible para seguir remando con fuerza en nuestra regata con destino al éxito.
Si somos capaces de ir al gimnasio, ¡perdón! apuntarnos al gimnasio, darnos cremas para «ser» más jóvenes, ir a la peluquería para estar más atractivos, es decir, preparar la carrocería para tener éxito… ¿Por qué no dedicamos algo de tiempo a engrasar el motor, lo cuidamos con un buen lubricante, y le apretamos las tuercas con regularidad, para que de esta forma tarde más envejecer?
Si os parece, os voy a dar los puntos que según William Speed son adecuados para evitar que la potencia del cerebro vaya descendiendo, y que estoy convencido vosotros ya conocíais, pero estaréis de acuerdo conmigo que hay veces que es conveniente refrescar los conocimientos.
Los puntos serían los siguientes:
1. Ejercicio físico. Lo decían los antiguos griegos y sigue estando totalmente en vigor. La oxigenación a través del deporte mejora las conexiones entre las neuronas. Este ejercicio deberá ser cada vez más suave con la edad -aunque algunos amigos míos, cuyo nombre no voy a mencionar, a la vejez viruela, creen que van a conquistar el Tour de Francia o ganar la maratón de New York y creo que esto no es tanto por su competitividad, como por la llegada de la famosa crisis de los cuarenta- con tres días por semana podría bastar.
2. Alimentación saludable. Creo que todos sabemos lo que esto significa, por lo que engañarnos a nosotros mismos, no es lo más adecuado. Esto es lo más complicado para la inmensa mayoría de nosotros.
3. Aprender cosas. Debemos aceptar nuevos desafíos y ejercicios mentales ¿Crees de verdad que Eduardo Punset pasa el día viendo la televisión? A partir de la treintena el cerebro se acomoda ¡démosle caña!
4. ¡Evita el estrés! este demonio afecta a la capacidad de aprender y de forma fundamental a la memoria, luego ¡relaaaajate!
5. ¡Duerme! al menos ocho horitas, por más que creas lo contrario, es fundamental para tu mente.
6. ¡Riete! De ti mismo, los demás y del mundo. El que ríe relativiza las preocupaciones, por lo que ¡impregna de un poquito de «inconsciencia alegre» a tu vida!
Acerca de las preocupaciones te recomiendo la lectura de nuestro artículo: Suelta el pesado vaso de las preocupaciones
7. Aprovecha tu experiencia, aunque parece que las empresas están «aparcando» a la gente experimentada ¡gran error! estos son los que tienen mayor capacidad para afrontar problemas.
8. Sigue siendo un niño, los niños son nuestros grandes maestros pues rebosan imaginación, no pierdas esa esencia ¡juega!¡disfruta!¡asume retos!
Espero que este breve recordatorio, te haya ayudado ¡esa era la intención!