Bienvenido sea el fracaso

Bienvenido sea el fracaso

Una vez leí, que si quieres tener éxito en la vida habrás primero de pasar por el fracaso. Es más, por alguna extraña fórmula, el éxito parece estar relacionado de manera directamente proporcional con el fracaso, son como pareja de hecho. Pues estoy de acuerdo.

Como ya hemos dicho alguna vez, el fracaso no deja de ser otra cosa que el aprender la manera de como no hacer las cosas. El problema del fracaso es cuando se le percibe de la manera errónea o negativa, dañina hacia nosotros mismos. Al ser percepción está sujeto a ser interpretado de una manera por unos y de otra manera por otros, según las gafas que decidamos llevar puestas en ese momento. Recuerda que todo en este mundo es según lo queremos percibir.

Y ya puestos, el éxito también es algo sujeto a la percepción de cada uno. Lo que para ti es el éxito para mi puede no serlo y viceversa.

Aun así, ya que en este mundo estamos sujetos a la cambiante percepción, -pues este mundo es según queramos verlo (no me cansaré de repetirlo)-, a mi siempre me ha preocupado alcanzar aquella percepción que me beneficiase en vez de perjudicarme. Es decir, yo entiendo que existe una percepción buena y otra mala, o lo que es lo mismo una percepción real o verdadera y otra falsa o errónea.

Parto de que lo real es sinónimo de lo bueno y lo falso o erróneo sinónimo de lo malo. Y entiendo que lo bueno es sinónimo de útil y beneficioso y lo malo de lo dañino o perjudicial. Con lo cual una percepción verdadera de las cosas es aquella que nos beneficia y hace bien y una percepción errónea o falsa es aquella que nos hace daño y perjudica. Tú eliges la manera de percibir las cosas, el éxito y la vida.

Entiendo que a algunos les resulte chocante, pero en esta idea radica en gran parte la felicidad que puedas percibir en esta vida.

Muchos son los que piensan que no tienen posibilidad de ver las cosas de otra manera, y encojen los hombres mientras dicen un «es que yo soy así», ya, pero ese así como dices tú que eres, yo te digo que es fruto de tu decisión de ser así. Así que no te quejes de nada, pues tú has elegido ver las cosas de manera que te hacen sufrir en vez de beneficiarte. Si te das cuenta y te paras en segundito a pensar, te darás cuenta de que las cosas que te hacen «sentir mal» o «sentir bien», son producto siempre, y lo pongo en mayúscula -SIEMPRE-, de un pensamiento. Pues bien, eres libre de regodearte en ese pensamiento o dejarlo pasar. Tú decides. ¿No?

Por la mente nuestra van pasando pensamientos y no sabemos realmente el por qué de muchos de ellos y otros aparecen en relación a cosas que nos suceden en el momento. Al igual que puedes prestar atención a la conversación que tienes con un amigo puedes no prestársela, desconectar y pensar en otras cosas si la conversación te resulta desagradable o aburrida. Pues lo mismo puedes hacer con la conversación que mantienes contigo mismo formada por tu dialogo interior formado a su vez por tus propios pensamientos.

Esta idea es vital para ti mismo, porque a partir de ella te das cuenta que gobiernas tu vida y la manera de percibir esta, en función de los pensamientos a los que decidas hacer caso y a los que no.

Es por esto que hay gente negativa, y es porque es a este tipo de pensamientos a los que presta atención. Cualquier cosa que vean o les sucedan lo van a ver o “percibir” de manera negativa, pues será a esos pensamientos negativos a los que presten toda su atención y al contrario lo mismo con la gente positiva que decide prestar solo atención a aquellos pensamientos que les van a ser de utilidad y por tanto de signo positivo. Ya sabes, la botella medio llena o medio vacía. Tú decides como verla.

Quizás lleves tiempo viendo la botella medio vacía, prestando atención a pensamientos que no te hacen ningún bien, pues ya sabes, deja de hacerlo. Deja de prestarles atención, déjalos pasar, “perdónalos”. Quizás te lleve algún tiempo, aunque no tendría por qué, tan solo supone extremar la vigilancia de tu mente y de aquellos pensamientos a los que prestamos atención y a los que no, pero aun así has de hacerlo, no te hagas más daño a ti mismo de manera innecesaria. Cuando cojes practica veras que poco a poco al no hacerles caso dejan de venirte y de pasar por tu mente. Y solo pasarán por ella aquellos pensamientos que saben que serán bienvenidos.

Al final si te das cuenta siempre es lo mismo, todo esta en tu mente, la cual hemos dicho es una herramienta poderosa puesta a la disposición de tu voluntad y poder de decisión. Tú manejas, tú decides. Haz porque no sea al revés, porque en verdad no es al revés.

Todo lo dicho antes es para hacerte ver que el fracaso visto de manera que nos sea útil y de ayuda es la manera adecuada de percibirlo, y viéndolo así, ¿qué es el supuesto fracaso si no la averiguación o constatación de una manera de no conseguir el éxito en aquello que nos habíamos propuesto? Pues si nos apetece y nos da la gana probemos otra manera, ¿no?

¿Cuantas veces supuestos fracasos nos han llevado a sitios mejores de a donde queríamos ir en un principio? No te precipites en juzgar algo como un fracaso o como un éxito, fíjate en sus frutos o resultados finales si es que has de valorarlo de una manera u otra.

El éxito es conseguir aquello que te propones y que por ello piensas que te hará feliz y el fracaso es tan solo el precio a pagar de no saber de antemano, como es natural en todo proceso de aprendizaje, como se hacen todas las cosas para acertar a la primera y conseguirlo. Eso es el aparente fracaso y nada más. El fracaso te brinda la oportunidad de conocerte a ti mismo y de averiguar tú propósito verdadero.

Por todo esto: “Bienvenido sea el fracaso”.

Enrique Miralda

Tipo muy normal con la obsesión muy obsesiva de estar en paz. De Madrid de toda la vida. Ya con años, pero con alma de chaval. Trabajo en esa cosa rara llamada internet, intentando ayudar a mis clientes a optimizar su negocio en la red.

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