¿Me ayudas a subir, a conseguir mis sueños? Tú me ayudas, yo te ayudo. Sin pedir nada a cambio. Porque sí. Porque me hace sentir bien. Porque tu éxito es el mío. Porque me siento útil, ¡por fin!. Por que ya se mi misión. Ayudarte a descubrir la tuya y ayudarte a conseguirla.No recuerdo sensación tan gratificante como ayudar sin esperar nada a cambio. Lástima que no me pidan ayuda más a menudo. Por eso ya no espero a que lo hagan, ya la ofrezco yo.
¿Te puedo ayudar?
¿Que problema hay con pedir ayuda? ¿Por que no nos atrevemos a pedirla? ¿Qué nos da miedo?
Necesitamos ayuda, sin duda. Solos no podemos. Nadie puede hacer nada que merezca la pena solo. De echo la gracia esta en descubrir que solos no podemos. Juntos sí.
Un éxito no compartido no es éxito ni es nada.
No tengas miedo de pedir ayuda, lo más que pueden hacer es negártela. Nada más. Pero lo dudo. La gente quiere ayudar. Quieren ser útiles. Sentirse bien. Pero tampoco te decepciones, la gente aun tiene miedo, mucho miedo. Pero esto pasará. Miedo a que abusen de ellos, miedo a sentirse utilizados, miedo a que tu triunfes y ellos no, miedo a quedarse sin lo que te dan. ¿Nuestro mayor enemigo? : El miedo.Pero ten cuidado con la ayuda que pides. No quieras abusar. Pide de corazón.
Pide la ayuda que buenamente te puedan y quieran prestar. Y sobre todo da las gracias. Se agradecido, siempre y por todo.No prives a los que te quieren y a los que no, de poder ayudarte, de hacer suyo tu éxito, de compartirlo contigo. Están deseosos de poder hacerlo. En la medida en que cada uno pueda.
Un éxito compartido es un éxito mayor.
Todo es más fácil cuando te ayudan. Pide ayuda y la tendrás.Deja fuera orgullos estúpidos y falsas apariencias de autosuficiencia que nos impiden pedir ayuda y progresar. El éxito y cualquier cosa en la vida que merezca la pena tener o ser, ha de ser compartida.
Ya lo dijo Napoleón: “Nadie es una isla”
Hoy por ti y mañana, -si tu quieres- por mi. No te voy a pedir nada a cambio. No quiero que me des nada que no quieras darme. Ya me lo darás cuando quieras hacerlo y si es que quieres. De manera desinteresada, solo por y para mi bien. Entonces lo querré. Antes no. Yo haré lo mismo contigo. No hay obligaciones ni compromisos de ningún tipo, ni prisa ninguna. No te voy a juzgar por lo que hagas, me ayudes o no.
Imagina un mundo en donde nos ayudásemos unos a otros a conseguir nuestros sueños. No habría sueño que no pudiese realizarse. Ni mayor felicidad posible. Algun día llegará.
Pide ayuda a Aquel que es más grande que tu y que yo, lo llames como lo llames, a Aquel que a diferencia tuya y mía, todo lo sabe y todo lo puede. Pídele y espera, no fuerces nada. Limítate a estar atento y a aceptar con agradecimiento lo que se te da.
Y sobre todo ayúdate a ti mismo, no te pongas barreras ni limites. Date lo mejor de ti mismo. Trátate con cariño, como a tu mejor amigo. Eso es lo que eres de ti mismo. No repares en esfuerzos, ni te ofrezcas excusas. No permitas tampoco que otros te retrasen.
Y da sin medida. Lo que das lo recibirás. Lo que recibes, lo has de dar o se perderá. Compartir lo que somos y tenemos es nuestra razón de ser. Y la razón de ser del propio Universo, del que vemos y del que no vemos.
Cuando das tienes más y no menos, lo que no das se estanca y se pierde.
“Creo que he aprendido que la mejor manera de levantarse uno mismo es ayudar a otra persona”.
“Mi vida es solo importante si puedo ayudar a muchos. Si mi vida es para mi y mi seguridad, entonces no la quiero. Mi vida es para la gente. Esa es mi filosofía”.
Sal hoy al mundo y mira a ver como puedas ayudar y como pueden ayudarte.
Feliz jornada.