Recuerda: Tu puedes elegir

Recuerda: Tu puedes elegir

Una de las cosas que mas nos impiden conseguir nuestros objetivos y sobre todo el principal de ellos que es Ser Feliz, es la falsa creencia de que no somos amos y señores de nuestro propio comportamiento, de la perspectiva y actitud con la que encaramos las circunstancias de la vida. Que somos como somos y punto. Que si nos tocan en determinado punto estamos condenados a reaccionar aun a sabiendas de que lo hacemos en nuestra contra, una y otra vez, pero que es algo superior a nosotros.

Que si somos así por nuestros padres, porque fui hijo único, que si por ser familia numerosa, que si por el colegio de curas, que si el colegio era laico, que si el país en el que nací, la educción que recibi, las experiencias de la niñez, los traumas de la pubertad, y los mil cosas varias que parece que conforman nuestra manera de comportarnos pese a quien le pese y sobre todo, pese lo que nos pese a nosotros mismos.

Conclusión: Soy una víctima resentida del mundo, de mi familia, de mi educación, de mis amigos, de mis enemigos, de mi profesión, de mi mujer, y de todas las circunstancias de mi vida.

Pues yo te digo que no, que no tiene porque ser así. Que quizás no lo sepas o nunca se te haya pasado por la cabeza la idea de que eres dueño y señor de tu vida y de la manera de encararla. Que quizás se te haya pasado la idea por la cabeza pero que hayas decidido que es mas cómodo echarle las culpas al mundo y abandonarte en los abrazos del victimismo y la complacencia. Pero yo te digo que no es así. Ser feliz es solo una decisión que elijes tomar o no tomar. Eso es todo.

Está en tus manos, es tu responsabilidad.

No te hablo de filosofías sino de puro pragmatismo. En esta vida puedes hacer dos cosas:

1-reaccionar según lo vivido en el pasado sin pensarlo dos veces, responder de una manera impulsiva y descontrolada de la que pasado un rato ya te estas arrepintiendo
o
2-tomarte dos segundos y en vez de reaccionar, actuar de manera proactiva, de manera que la respuesta al estimulo te sea favorable, te haga bien y no vaya en tu contra.

Ejemplo:
Tu jefe te echa abajo un trabajo que has realizado de manera concienzuda y además lo hace de manera grosera. Tienes básicamente 2 opciones:

1-te sientes atacado y ninguneado, pero tu orgullo te hace saltar y te enfrentas a él y como estás cabreado levantas la voz y te pasas dos pueblos. Resultado: A parte de llevarte un disgusto y de subirte peligrosamente la tensión, sobre todo Te acabas de crucificar a ti mismo. Quizas te quede poco tiempo en esa empresa.

2- Decides no sentirte atacado, ni ofendido, ves que él problema esta en él y no en ti. Te relajas y piensas que tu has hecho lo mejor que podías y los has defendido como mejor has sabido, él es el jefe, el manda finalmente y el se responsabiliza del éxito final del trabajo, así que una vez dicha calmadamente tu opinión, te levantas con tu mejor sonrisa y vuelves al trabajo. Resultado: te sientes bien, sin alteración ninguna, dispuesto a seguir con lo tuyo y además tu jefe si no es tonto valorará tu actitud y la forma de encarar la situación.

Lo que te quiero decir es que ante cualquier situación de la vida puedes hacer dos cosas o permitir que te afecte y te amargue o no permitirlo. Es tan solo una toma de decisión.

Nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte sentir mal, solo tu puedes sentirte dañado, solo tu puedes concederle a alguien ese poder sobre ti. Eres tú el que decide sentirse bien o mal. Eso es todo.

No me vengas con excusas, que si ese tío es un cabrón, que si es que va a por mi, que si esto que si lo otro. ¿Le vas a dar a nadie el poder de amargarte la vida?

Me puedas golpear, insultar o mofarte de mi, y me importará un carajo, yo decido como me sentiré en todo momento y como te voy a responder. He aprendido que si te respondo sin pensarlo, te haré daño y lo que es peor me haré daño a mi mismo. Yo no se como lo encajarás pero yo se que me sentiré mal al haberte seguido el juego y al haberte dado el mando y el poder sobre mi, pues has hecho de mi lo que yo no quiero. Pero yo decido. Y decido que hagas lo que hagas yo seguiré feliz, no te cederé el mando sobre mi estado de animo, sobre mi mente, sobre mi vida en definitiva. El mando lo tengo yo.

El saber esto es un rasgo determinante en hombres y mujeres de éxito. El ser dueños y señores de nuestro estado mental, no reaccionando de manera inconsciente e impulsiva a los estímulos recibidos es vital para un equilibrio emocional que nos hará disfrutar de la vida en vez de padecerla.

Tienes el control de tu mente y por lo tanto de tu vida. NO te engañes en esto, ni le des el mando a nadie que no seas tú. Si lo haces serás un desdichado eternamente, un resentido y una víctima lamentable y patética, en manos de todo aquel que se cruce en tu camino. No puede haber vida más triste que esa.

Tu puedes elegir. Tienes el poder de decidir en una dirección o en otra. Tómate tu tiempo para hacerlo. Recuerda que cada decisión por pequeña que sea determinará tu destino y tu forma de llegar a él. Decide ser dueño de tu mente, de tus reacciones, de tus actitudes. Decídete a favor de estar tranquilo, feliz y en paz. En ese estado mental te vuelves creativo y tus respuestas se vuelven proactivas y positivas y tú te sientes bien.

Decídete por sentirte bien en todo momento, de disfrutar cada instante, no olvides que pudiera ser el último. Decídete por no dejarte manipular. Decídite por no hacerte daño.

Decídete por ser feliz.

Enrique Miralda

Tipo muy normal con la obsesión muy obsesiva de estar en paz. De Madrid de toda la vida. Ya con años, pero con alma de chaval. Trabajo en esa cosa rara llamada internet, intentando ayudar a mis clientes a optimizar su negocio en la red.

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