Hoy déjame que te hable de lo que podríamos llamar una de las leyes del universo, la ley de la abundancia y la prosperidad, representada muchas veces por una imagen de un cuerno lleno a rebosar de frutas y alimentos apetecibles.
Ya te comenté que todo en esta vida está en función de nuestras creencias. Que el mundo no es como creemos que es, si no como creemos que somos nosotros. Si nosotros nos creemos generosos, el mundo a nuestro alrededor se mostrará generoso y nos dará muestras de ello constantemente y reforzará nuestra creencia. Si nos creemos miserables el mundo se nos mostrará miserable, y cada vez que lo sea ratificará cuan miserable es, y fortalecerá esa creencia en nosotros.
Mira, lo que vemos que nos ocurre es simple y llanamente el efecto de nuestras creencias pero al ser inconscientes de esto, y no reconocer que son estas la causa de todo lo que sucede, pensamos que es al revés, y que lo que sucede condiciona y crea nuestras creencias. Es decir, yo veo miseria en el mundo y creo que el mundo es miserable, en vez de al revés, yo creo que el mundo es miserable y por lo tanto es miseria lo que veo en el mundo. Dale una vueltecita a esto. Ya se que te sorprenderá, es una nueva forma de pensar y de ver las cosas, pero créeme, esta es la correcta. Y es la correcta porque es lo que funciona, lo útil, y lo que nos beneficia. ¿Te parecen pocas razones?
El mundo es lo que nosotros creemos que es y que somos nosotros. Date cuenta que sin nosotros y nuestro comportamiento erróneo- es decir egoísta, miedoso, culpable y resentido- el mundo en verdad es un milagro, es maravilloso; sus océanos, lagos, montañas y valles, somos nosotros con nuestro comportamiento erróneo quienes hacemos de este mundo lo que es. Somos los creadores tanto de la miseria como del milagro. Del miedo como del amor. Tú decides. Tú eliges de quien eres.
Esto nos lleva a la ley de la abundancia. Si tú crees en la escasez, tendrás escasez y siempre te faltará y nada te será suficiente, independientemente de lo que tengas. Atraerás escasez y no abundancia. Si crees que cuando das, lo que des lo estarás perdiendo, así será. Sin embargo si crees que aquello que des, no solo no lo perderás sino que se acrecentará en ti, así será. Una vez más tu decides que creer. ¿Qué sientes dentro de ti qué es la verdad?
Puedes creer una cosa o la otra, y esa cosa que creas será realidad para ti, tanto la una como la otra. La única diferencia entre ambas es que creas lo que creas y aunque se haga realidad para ti, una de ellas es verdad y la otra no. ¿Por cual apuestas?
Nuestra mente tiene un atributo principal y es la capacidad de crear y lo hace en todo momento, quieras o no, sea de manera consciente o de manera inconsciente. Este principio de creación de la mente es inmutable, te gusté o no. Es así.
Nuestra mente es como un jardín que impepinablemente da frutos y estos frutos solo dependerán de las semillas que sembremos. El terreno, es decir, la mente, es siempre fértil, si siembras semillas de creencia en la escasez, ese fruto tendrás. Si siembras semillas de creencia en la abundancia, recogerás frutos de abundancia. No hay más. Así de simple. ¿Por qué iba a ser complicado? Si en el campo siembras maíz, recojeras maiz, si siembras ortigas, recojeras ortigas. No es posible sembrar una cosa y tener la otra. Mantente pues, muy alerta con lo que siembras en tu mente.
Haz con tu mente lo que quieras. Es tuya y es absolutamente genial y creadora. El problema radica en que muchos piensan que nosotros tan solo somos juguetes en manos de un mundo insensato, caprichoso y regido por el azar y que ningún poder tenemos sobre este. Si crees esto, apaga y vámonos, pues esa será tu experiencia y todo cuanto te ocurra la fortalecerá en ti. Así que más te vale no albergar en ti dicha creencia.
Hazme caso, ¿qué tienes que perder? Cree en lo que decidas creer, atrévete a creer ciegamente en aquello que juegue a tu favor y no en tu contra. Mira dentro de ti y atrévete a sentir cual creencia es la verdadera. Cree en el amor y no en el miedo, en el éxito y no en el fracaso, en el poder y no en la impotencia, en la paz y no en la guerra, en la abundancia y no en la escasez. Tan solo depende de tu decisión. Tan solo haz esto. Cree en la abundancia del universo que todo lo da y nada pide a cambio.
Pasa además algo curioso para como vemos las cosas en este mundo falso, y es que en verdad para tenerlo todo, solo tienes que darlo todo, y por esto el homo exitosus es generoso, pues sabe que dando es que como obtiene y es no dando como lo pierde. Haciendo esto estas fortaleciendo tu creencia en la abundancia y no en la perdida ni en la escasez. Los pensamientos y las ideas se fortalecen al compartirlos, estamos de acuerdo en esto, ¿verdad?
De manera que cada vez que das creyendo en la abundancia estas fortaleciendo este pensamiento, esta creencia y la ley creadora de la mente y la ley de la abundancia no pueden fallar. Son inmutables e infalibles.
Pero ojo, si das no creyendo en la abundancia, dudando de ella, en verdad estarás creyendo en la escasez y será esto lo que experimentes y vivas. El universo no conoce el vació, o crees una cosa o crees otra, mientras sigas acá no puedes dejar de creer. Has de tomar partido. Para creer en algo solo has de decidir creer en ello, y repetírtelo a ti mismo constantemente y confiar plenamente en que es así, como tú lo crees y empezaras a verlo a tu alrededor. Las cosas, tu experiencia y el mismo mundo empezarán a cambiar.
Ahora piensa en los hombres y mujeres de éxito que puedas conocer, ¿viven en la abundancia y prosperidad o en la escasez? ¿En qué crees tú que creen ellos?
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