¿Preocupado?

 

El ser humano, como dice el anuncio de la bebida «Aquarius« es extraordinario. Estoy de acuerdo. ¿Si no, qué ser «altamente inteligente» es capaz de dejar escapar su vida y sus buenos momentos en pos de pasársela rumiando preocupaciones, la mayoría de ellas absurdas y que nunca tendrán lugar?

¡Cachis! Como bien indica la palabra, «preocuparse», es aquello que se hace antes de ocuparse de un asunto y hasta que no te pones a ocuparte de algo, ¿por qué ponerse en lo peor en vez de en lo mejor?. Que extraña tendencia, ¿no?

Ahí van unos sinónimos de preocuparse: desasosegar, intranquilizar, ansiar, inquietar, alarmar, recelar, angustiar, obsesionar, afligir, ofuscar, desvelar, impacientar.

¿Ves que alguno de estos verbos o acciones sea algo deseable para ti?

Ya hemos dicho que somos nosotros con nuestra actitud y nuestras expectativas, miedos y deseos, quienes hacemos que nos ocurran las cosas que nos suceden. Si esperamos que algo salga mal es como si estuviéramos pidiendo que así sea. Y al contrario funciona igual. Entonces esperemos cosas buenas y no malas.

Si mantenemos una actitud y unas expectativas positivas, olvidémonos de lo demás y pongamos manos a la obra. ¿Porque sufrir de antemano con elucubraciones de cosas que pueden pasar y que en la inmensa mayoría de las ocasiones no llegan a pasar nunca? No parece un gesto de seres evolucionados e inteligentes, ¿verdad? Y sin embargo, jamás he visto a mi gata-un supuesto ser inferior- preocuparse por nada.

Hay una frase que adjudican a San Agustín y que dice algo así:

“Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia entre ambas cosas”

Las preocupaciones tienen un efecto directo y nocivo en nuestra salud física y mental. Está científicamente demostrado que altera el sistema nervioso, segregando sustancias en el cuerpo que nos hacen daño y acaban generando enfermedades de todo tipo, llegando incluso a costarnos la vida.

Mentalmente nos colapsan, nos impiden pensar con claridad, coartan nuestra creatividad, nos generan una actitud negativa y nos impiden actuar de la manera adecuada. Generando además neurosis, psicosis y demás cosas acabadas en «osis«.

¿Alguien ahí afuera puede decirme una sola cosa buena que genere el vivir sumido en las preocupaciones? ¡Solo una!, no pido más.

En la foto de arriba aparece nuestro amigo Nick, del que ya hemos hablado en este blog. Pues parece que estaba pensando en escribir un libro, que iba a titular «Sin manos, sin pies y sin preocupaciones». Un tío grande, ¡enorme! este Nick, pese a su pequeña estatura.

Piensa en las veces que has estado preocupado, dime la verdad: ¿Te ha servido de algo?. Si al final no pasó, te preocupaste por nada, perdiste preciosos momentos de tu vida e hiciste el tonto. Y si al final pasó, ¿te sirvió de algo el haberte preocupado antes?.

Es tan solo una cuestión práctica y de sentido común, el cual dicen por ahí, «que es el menos común de los sentidos». De cualquier manera el solo hecho de pensar que preocupándome estoy ayudando a que suceda aquello que me preocupa ya es razón suficiente para dejar de hacerlo. ¡Pues finalmente lo que haya de ser será!

Pero como todo en esta vida, hay un trasfondo en todo pensamiento y por ende en toda preocupación-que no es otra cosa que un pensamiento- , y debemos llegar a este él y sacarlo a la luz, y en la luz pierde toda su aparente fuerza y queda en nada. Todo se sustenta en nuestras creencias. Quizás pienses que algunos tengan una ventaja gracias a sus creencias, pero ya dijimos que las creencias eres tú quien se las crea y quien se las cree.

He de confesarte que hay alguien a quien siempre admiré por su mensaje y en quien yo creo, y algo habrá hecho para haber dividido la historia de la humanidad en un antes y después de su nacimiento.

Dicen que era hijo de un carpintero nacido en un pueblito enano perdido en medio de un país en constante guerra y ocupado por un ejercito extranjero que llevaba una especie de cepillo gigante en el casco y falda.!Con dos narices¡. Se llamaba Yeshua Ben Yosef, traducido al castellano Jesús hijo de José -quizás te suene.

Ni sé ni me importa si tenía barba y pelo largo al estilo hippie , si tenía hermanos o era hijo único, o si tenía novia o no, pero cuentan por ahí que se dedicó a enseñar a aquellos que querían escucharle un mensaje de Amor y Esperanza para la raza humana, y esto sí que me importa. Al final le «costó la vida -mejor dicho, el cuerpo-«, pues despertó recelos y envidias entre aquellos de su propio pueblo, que ostentaban el poder y que temían perderlo -es lo que tiene el poder mundano que es capaz de matar con tal de no soltarlo-. Visto lo visto, obviamente ese no fue el fin de la historia, «si no el principio del fin».

A lo que iba, en referencia a esto de las preocupaciones un tal Mateo dice que dijo lo siguiente:

“Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre Celestial las alimenta, ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o que beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas que vuestra voluntad sea primero que nada alcanzar el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su inquietud. A cada día le bastan sus problemas” Mateo 6:25-34.

Dicho lo anterior, ¿qué más puedo añadir?.

Sal ahí afuera y pese a todo, que tu voluntad sea olvidarte de todo lo que no sea vivir en paz, de verdad y plenamente. ¡No estas sol@!

Y recuerda, como dijo Calderón de la Barca: «Una pena imaginada es más que acontecida.»

«No te preocupes, ocúpate» - ¡Compártelo!       

Desde la factoría, con cariño.

Enrique Miralda

Tipo muy normal con la obsesión muy obsesiva de estar en paz. De Madrid de toda la vida. Ya con años, pero con alma de chaval. Trabajo en esa cosa rara llamada internet, intentando ayudar a mis clientes a optimizar su negocio en la red.

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1 comentario en «¿Preocupado?»

  1. A los creadores de este blog un » aplauso» y mis más sinceras felicitaciones, son geniales. Me gusta la lectura inteligente y temas que te hagan reflexionar sobre como mejorar como ser humano y espiritualmente, aqui con ustedes he encontrado de todo, abordan muchísimos temas amenamente, con gran sutileza y respeto al público. Las imágenes del sitio son bellísimas. Enhorabuena por su dedicación y calidad!!! No se detengan, sepan que deben haber muchas personas como yo que los visitan casi a diario, buscando calidez y confort espiritual. Muchas gracias.

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