¿Caes bien a la gente? ¿Escuchas con atención a los demás? ¿Sueles trasmitir “feeling” al que tienes enfrente? ¿Te sueles poner en la piel del otro? Si has respondido que sí a estas preguntas, podemos atrevernos a decir que con gran probabilidad eres una persona con empatía.
Según Howard Gardner, empatía es «la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir, es lo que denomina la inteligencia interpersonal.»Esta palabra de origen griego, estaba formada por dos términos “en el interior de” + “sufrimiento, lo que se sufre”. En lenguaje llano y directo podríamos decir que es saber leer entre líneas los sentimientos de otra persona, comprendiéndolos e intentando sentirlos como nuestros. Es ponerse las gafas del que tienes enfrente e intentar mirar a través de estas, como si fuesen tuyas.
Hasta aquí todo correcto, pero analicemos las últimas palabras que hemos dicho “…como si fuesen tuyas”, el tema está claro, no puedes sentir lo mismo pues ¡diantre! ¡No son tuyas! Quiero decir con esto que el ponerse la “camiseta” del otro es más difícil de lo que parece, ya que nos podemos intentar poner en el lugar del otro, pero siempre con nuestra forma de pensar y de entender el mundo, es decir “ponerse” en la piel del otro, no es lo mismo que “estar” en la piel del otro.
Por eso podemos decir que la empatía que es un rasgo diferencial de las personas exitosas, de los “homo exitosus”. Las personas con empatía son capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones; por eso, suelen poseer un alto reconocimiento social, ya que se anticipan a las necesidades de los demás, antes incluso de que estos sean conscientes de ellas, y saben identificar y aprovechar esta cualidad como una potente arma comunicativa.
¿Podemos mejorar nuestra empatía con los demás? Creo que en algunas personas esta característica vendría casi incorporada de serie, aunque para otros es una decisión de índole personal, quieren ponerse en la piel de otro y lo intentan, consiguiéndolo en algunas ocasiones. Según los estudios esta característica se desarrolla en los 8 o 10 primeros años de vida, por lo que si tienes hijos en esta edad, creo que te merecerá la pena ayudarles a desarrollarla.
Stephen Covey, autor de los “7 hábitos de las personas altamente efectiva” dijo: “primero trata de entender al otro, después intenta que te entiendan a ti”. Primero escucha, deja hablar a tu interlocutor, y luego expón tu tus ideas… después de escuchar, analiza el problema y luego aconseja, pero nunca al revés.
La empatía es un mecanismo de flexibilidad mental, de apertura de puertas hacia nuevas ideas y nuevas formas de pensar que quizás de otra forma no hubieran llegado a tu interior, de esta forma podremos enfocar problemas con más armas que el que no es una persona empática. Debe ser un arma utilizada con delicadeza, y por qué no, con cariño y amor, dejando abierta la puerta al error, sin sentenciar ¿Cómo vas a dictar sentencia si no eres el otro? Es el otro el que tiene que tomar sus decisiones, ayúdale, si, pero sin cerrar caminos.
Uno de los puntos fuertes de las personas empáticas, es que para ellos no existe la verdad absoluta, tienen la cintura flexible, y una afirmación o una negación tienen siempre matices, dejando libertad al que tenemos enfrente para decidir.
Mahatma Gandhi dijo: “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo, terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”
La empatía debe salir del centro de tu corazón, no se puede construir de forma artificial, por ejemplo podremos trabajar mucho y desarrollar un gran lenguaje verbal, pero si en cambio de forma simultánea no miramos a nuestro interlocutor con sinceridad, demostrándole con palabras y actos que les comprendemos, pensarán que somos vulgares encantadores de serpientes… debemos cambiar nuestros cimientos internos, nuestra forma de sentir para llegar a alcanzar un alto grado de empatía con la gente.
Podemos acabar diciendo que la empatía es un ingrediente fundamental para ser feliz, para tener éxito feliz, para ser más humano y quizás si la desarrollamos sea una forma de ir desterrando el egoísmo de nuestro mundo ¿no crees?
¡Hasta otro momento!
Para algunas personas como yo, que intentamos «crear» la empatía… Somos poco entendedores & cuando aconsejamos pensamos que sino tomaron nuestro consejo eligieron el camino correcto.
Estuvo muy bueno
Saludos desde Rep. Dom
Judith